No, ella no quería eso, quería pensar pausadamente. Mucho mejor, no pensar. Pero pausadamente. Las preocupaciones también se detenían en ese lapso de tiempo, al igual que una fotografía guardaba en su memoria cada instante que pasaba por delante de sus ojos, rodeándola en un abrazo.¿Quien quería preocupaciones cuando sabe que cualquier cosa puede pasar en cualquier momento, sin contar con ello, sin elegirlo?